SENTIDO DEL DÍA
La Cruz y la Muerte
Hoy empezamos, propiamente, la celebración de la Pascua. Pascua significa “paso”, el tránsito de Jesús a través de la muerte a la Nueva Vida. Hoy es el primer acto de este paso: la “Pascha Crucifixionis”, como la llamaban los Padres. No es correcto quedarse sólo en el aspecto de la muerte -como hacen algunas formas populares de la Semana Santa- ni tampoco lo es celebrar sólo la resurrección, olvidando el paso por la muerte. Los dos aspectos se celebran como una gran unidad: la memoria de la Muerte, hoy, está ya preñada de esperanza y victoria, mientras que la Vigilia de mañana no sólo recordará la resurrección, sino todo el dinamismo del paso de la muerte a la vida: “Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado”, dirá el prefacio pascual.
Este día está centrado todo él en la Cruz del Señor.
Pero no con aire de tristeza, sino de celebración: la comunidad cristiana proclama la Pasión del Señor y adora su Cruz como el primer acto del Misterio Pascual. El color es rojo, color de mártires, no el morado (la Cuaresma terminó ayer), recordando pedagógicamente que no estamos en unas exequias, ni guardando luto. Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente a la Muerte -el primer mártir- para salvar a todos. Estamos ya en el Triduo Pascual, y pasaremos del rojo del Viernes al blanco de la Vigilia.
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