III Semana del Tiempo Ordinario (Ciclo A) 2008
III Domingo ORDINARIO
III Domingo ORDINARIO
El domingo es un día en el que se renueva la alegría de la Iglesia. Ella en efecto, descubre el don de Dios “origen de la inagotable nuda nueva”, es decir, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. También el hombre presenta su ofrenda: son el pan y el vino; y es el Espíritu Santo que lo consagra con su presencia y su poder, y así llegan a ser “sacramento de salvación”.
Primera Lectura (Is 8,23-9,3)
El profeta anuncia la llegada de la liberación y, por lo tanto, de alegría para Galilea. La palabra de Isaías se ha cumplido plenamente cuando, no solo en una región, sino sobre todo el mundo brilló la luz sobre los hombres, inmersos en las tinieblas del pecado.
Segunda Lectura (1 Cor 1,10-13.17)
Los fieles de la Iglesia de Corinto están divididos entre ellos. Pablo subraya con firmeza lo absurdo de aquellas rencillas y discordias. Cristo es uno para todos.
Evangelio (Mt 4,12-23)
Con la ida y estancia de Jesús en Galilea, llega a ellos la verdadera luz, redención y alegría. La inicia la llamada de los primeros discípulos: pescadores que desde aquel mar serán enviados al mundo entero, pero ya como pescadores de hombres.
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