Moniciones diarias III Semana de Cuaresma (ciclo A)

III Semana del Tiempo de Cuaresma (Ciclo A) 2008

III Domingo cuaresma

Somos pecadores, pero Dios no nos abandona a la soledad de nuestra culpa. Nos ofrece su misericordia, como un día ofreció a la Samaritana el agua que purifica y regenera, es decir, el Espíritu Santo, que brotará de su costado abierto.

Primera Lectura (Ex 17,3-7)

Las incomodidades del desierto insinúan en el ánimo de los hebreos la desconfianza y la murmuración. El éxodo en vez de gracia es juzgado un gesto irresponsable: “Nos has hecho salir para hacernos morir”. Dios aplaca esa protesta con el milagro del agua que brota de la roca y que es signo de su presencia en medio del pueblo liberado.

Segunda Lectura (Rm 5,1-2.5-8)

Éramos pecadores y por esto no obstante hemos recibido de Dios a su mismo Hijo, Jesucristo muerto y resucitado por nosotros sobre la cruz. De frente a un amor así grande no debemos dejar espacio a algún temor.

Evangelio (Jn 4,5-42)

La mujer samaritana deja su escepticismo a aparecérsele el misterio de Jesús. No es un cualquiera, y por más extranjero y enemigo, él pide de beber; él mismo se revela en el pozo del agua viva, que es el Espíritu.

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